Entre la libertad de nuestros pasos, el resguardo donde nos cobijamos, para encontrarnos.

martes, 29 de diciembre de 2009

El exceso de amor, mata.


Cuando el amor cruza los umbrales de lo posible, invita a la muerte.

A veces, la pasión se desparrama con tanta furia, que en el derroche, espanta. Después de mucho pensar, entendí que no es fácil quedarse ahí, donde la efusividad de lo sentido tapona la posibilidad del encuentro. Nadie, que valore su vida se metería voluntariamente debajo de una catarata, a riesgo de perderla. Y hay amores que por fuerza, por inesperados, por retenidos, se imponen al filo de lo ilimitado, oprimiendo, obturando.

En el mito órfico, la pasión motiva a la búsqueda de lo perdido, más allá de lo posible. En su lira, Orfeo acaricia el sonido de un encantamiento que exhala y convoca, extrayendo la voluntad de las cosas, que se dejan llevar por esa magia. La expresión del amor atrae, invita. Pero si se convierte en una tempestad, el amor desbocado se sale de su eje, desafina, y no sabe cómo dar lugar a lo que pasa.
Hay umbrales donde hurgar la pasión es ese lugar exacto donde el deseo tienta a la naturaleza mortífera del hombre.
Me pregunto qué hubiera dicho Eurídice de haber sabido que Orfeo volvería a buscarla, al costo de desaparecer.
Orfeo no consulta, no da lugar, se precipita al submundo, un mundo donde sabe, hay que tañer una música que obligue al sueño, porque para ciertas empresas se requiere adormecer a los guardianes.
La energía del amor no siempre exige cruzar ciertos límites. La posibilidad del encuentro verdadero es ahí donde no se reclama un rescate extremo, a riesgo de no ser, en algún mundo viable.

domingo, 27 de diciembre de 2009

La originalidad está en cómo integrar las mezclas





Como en la vida, cada mezcla tiene su particularidad, y como tal, los sabores se dificultan en los excesos y se destemplan en los desequilibrios.

Ramen Girl es una película donde queda demostrado que, para aprender, son necesarios el coraje y la resistencia. Sola, en un lugar que le es ajeno, Aby descubre que tiene una motivación para no regresar a América: aprender a cocinar Ramen, la comida tradicional de Japón, un arte que se transmite de generación en generación. Empeñada en su objetivo, no la detiene el lenguaje, ni el mal humor de su Maestro, ni los repetidos fracasos, para lograr lo que quiere.

Adhiero a la versión de que no existe receta si no se pone el alma en ellas, que la esencia de las cosas tiene el sabor de lo sentido. Esta es una historia de esas, donde el paladar va de la mano con el desamor, la tristeza, el abandono, el honor y la dignidad. La originalidad está en el punto exacto donde lo diferente converge en lo posible y lo imposible se hace real aún donde ni siquiera se habla el mismo idioma.

Coincido con la idea de que se van dejando partes de uno mismo en lo cotidiano. El día que yo miraba esta película, Brittany Murphy , la actriz protagónica, moría de un infarto a los 32 años de edad.

Viendo el film, agradezco que nos convidara algo de esa pasión, con la que ha vivido su vida.


EL PALIER





Salgo a sacar la basura y ahí está la del 5° C, bolsa en mano, pantuflas gastadas y bata de dormir.
El gato ronda sus pantorrillas, quiere comer. Se refriega en las pantuflas y le chilla desde abajo, con esos alaridos gordos y amanerados que dan los gatos. Desde ahí, sin duda, ve las pantys subiendo por las piernas hasta la liga, caída de todo el día de trabajo.
El animal la huele. Ella exuda aún olor a pescado por las corridas del centro, de bancos y teclas. Hasta que se duche y se meta desnuda en la cama, se acomode de costado, la almohada entre las piernas, con la calentura que le da el roce cuando se amolda y aprieta hasta que no da más. Goza como si el cojín fuera un hombre; o una mujer, que para el caso sería lo mismo, que el placer está en el masaje y no en otra cosa. Si fuera con una mujer, ella la besaría tiernamente y le acariciaría suave los pezones hasta morderlos con el filo de los dientes, en un grito apagado mientras los pubis se absorbieran hasta apropiarse uno del otro, al ritmo de la de arriba, desde las sacudidas de abajo, subiendo por los pies, las rodillas, las caderas, el vientre, la boca...

- ¡Pajero!

- Cuide su imaginación, señora, que yo salí a sacar la basura.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Cuando la esperanza es una plaga


La esperanza como mito es la expectativa de mejorar, luego de que todas las plagas han sido sueltas al mundo. Es esa luz interior que confía en que “todo lo malo va a arreglarse”. Sin embargo, la esperanza podría empantanar la visión de la realidad cuando todo lo que se tiñe de ella entra en espera. Es un modo engañoso de salir de la devastación, miras a un ideal de futuro, con una trampa tácita: la esperanza no tiene un plan o una guía para la acción. Es allí donde una fe sin dirección, entre las ruinas y la falta de sentido, expone al riesgo de derrumbe

En crisis, la posibilidad de un futuro promisorio es dudosa, pero sirve para procurar esa cuota de amparo que se busca para salir de la pérdida. Cuando Pandora abre la caja de las plagas, sólo queda la esperanza, y si es uno el que queda atrapado en la espera, la esperanza se convierte en una plaga. La incertidumbre emocional deberá ponerse siempre del lado de accionar alguna solución. La esperanza sólo será posible si se vincula con la pérdida de forma real, para aceptar la realidad de lo perdido. Esto permitirá conectar el presente y el dolor en el aquí y ahora, aún cuando lastime, para poder hacer algo con ello.



viernes, 25 de diciembre de 2009

La importancia de los post.

En los post tiene lugar todo lo que en el pre quedó sugerido.
Lo que no pudo ser porque antes no tuvo tiempo, sale a la luz.

Después de la devastación, el post es el campo en espera de la nueva cosecha. Cuidar, revisar, armonizar, es tarea de los post.

Prepararse por si habrá escasez, para que no falte lo que hará falta.
El post siempre viene después, no puede anticiparse, perdería su significado.

Post guerra, post parto, post grado, definen situaciones anteriores en matices diferentes. Profundiza.

Porque el post no es superficie, sino fondo. El territorio entre, una especie de inter medio, con intensidades propias que se dejan saber y se llenan de pregnancias.

Volver a empezar no es un post. En los post no hay segundas partes.

Post es movimiento el definitorio de la gestación de algo único.

Por ejemplo, no hay un post divorcio. Hay un divorcio y punto. A otra cosa.

En algunos temas forzamos la cabida al potencial del Post, así, en esa ilusión espantamos el temor a la caducidad bajo el patrocinio de continuidad deseada, como queda demostrado en el post mortem. Como apelando al milagro del más allá. El Post es la realidad virtual del deseo, el ansia de quedar instalado en la memoria de los vivos. Un modo particular de ser algo, que no termine nunca.

Ser en el recuerdo, por siempre.