Entre la libertad de nuestros pasos, el resguardo donde nos cobijamos, para encontrarnos.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Cuando la esperanza es una plaga


La esperanza como mito es la expectativa de mejorar, luego de que todas las plagas han sido sueltas al mundo. Es esa luz interior que confía en que “todo lo malo va a arreglarse”. Sin embargo, la esperanza podría empantanar la visión de la realidad cuando todo lo que se tiñe de ella entra en espera. Es un modo engañoso de salir de la devastación, miras a un ideal de futuro, con una trampa tácita: la esperanza no tiene un plan o una guía para la acción. Es allí donde una fe sin dirección, entre las ruinas y la falta de sentido, expone al riesgo de derrumbe

En crisis, la posibilidad de un futuro promisorio es dudosa, pero sirve para procurar esa cuota de amparo que se busca para salir de la pérdida. Cuando Pandora abre la caja de las plagas, sólo queda la esperanza, y si es uno el que queda atrapado en la espera, la esperanza se convierte en una plaga. La incertidumbre emocional deberá ponerse siempre del lado de accionar alguna solución. La esperanza sólo será posible si se vincula con la pérdida de forma real, para aceptar la realidad de lo perdido. Esto permitirá conectar el presente y el dolor en el aquí y ahora, aún cuando lastime, para poder hacer algo con ello.



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